Nosotros, los abajo firmantes, nos comprometemos a reconstruir internet para que vuelva a los ideales de sus fundadores: una plataforma democrática diseñada para facilitar el intercambio libre de información, la comunicación abierta y la libertad para el individuo. Al hacerlo, estamos convencidos de que obramos en servicio de las necesidades de las personas, no solo de las corporaciones. Esta internet debería ser privada de manera predeterminada, y dar a cada usuario la opción de elegir quién tiene acceso a ─y quién controla─ sus datos personales. Una internet como esta sería abierta y accesible para todos por igual, apoyaría los valores democráticos, protegería el derecho fundamental a la privacidad y garantizaría el acceso a la información.
Esta internet apoyaría el crecimiento de modelos de negocio éticos, pero primero haría falta que las empresas se comprometieran a unos estándares de conducta más elevados, que pusieran al usuario en primer lugar. Al darle a la gente el control sobre su información personal, podemos acabar con el espionaje, cosificación e intento de manipulación de los usuarios que se ha convertido en lo típico de la internet de hoy.
Para crear una internet en donde la privacidad sea la condición predeterminada, creemos que todas las organizaciones que operan online deben adherirse a los siguientes cinco principios:
1) Internet, por sobre todas las cosas, debe estar al servicio de la gente.
Esto implica el honrar los derechos humanos fundamentales, ser accesible a todas las personas y permitir el flujo libre de información. Las empresas deben operar de manera tal que las necesidades de los usuarios siempre sean la prioridad.
2) Las organizaciones solo deben recolectar los datos necesarios para evitar el abuso y garantizar el funcionamiento básico de sus servicios.
Deben recibir consentimiento de los usuarios para recolectar tales datos. Las personas también deberían ser capaces de encontrar fácilmente una explicación clara de qué datos se están recopilando y qué se hará con ellos, dónde se guardarán durante cuánto tiempo y qué pueden hacer para borrarlos. Hasta el punto en que las organizaciones deben recopilar información, deberían emplear prácticas de gestión de datos que pusieran la privacidad de los usuarios en primer lugar.
3) Los datos de las personas deberían estar cifrados de manera segura en tránsito y en reposo siempre que fuera posible para evitar la supervisión masiva y reducir el daño de hackeos y filtraciones de datos.
4) Las organizaciones online deben ser transparentes acerca de su identidad y software.
Deben indicar claramente quién conforma su equipo de liderazgo, dónde es su cuartel general y bajo qué jurisdicción general operan. Su software debería ser de código abierto siempre que resulte práctico, y debe estar abierto a auditorías por parte de la comunidad de la seguridad.
5) Los servicios web deben ser interoperables siempre que la interoperabilidad no requiera de recolección de datos innecesarios o debilite la seguridad del cifrado.
Esto evita la creación de jardines amurallados y genera un espacio abierto y competitivo que promueve la innovación.
Esta es la internet que nos merecemos. Esta es la internet por la que luchamos. Está a nuestro alcance. Sólo tenemos que atrevernos a tomarla.
No deje que las «Big Tech» roben sus datos. ¡Es momento de reclamar su ePrivacy!
Visite la página web de la Privacy Pledge y descubra más acerca de esta. La privacidad online es más importante que nunca.